29/12/09

No hay nada ya... Parte 3. Final.

- Asi es... Moriremos juntos.

Fue tanta la rabia que le provocó que sin pensarlo, mordió el brazo del otro arrancándole un pedazo de piel que escupió mientras el otro gritaba por el dolor que le causaba.

Desenfundaron las espadas de oro que colgaban de sus cinturas y las alzaron al universo…

- Te odio tanto maldito, quiero ver retorciéndote. No tengo piedad esta vez, aunque muera también, te haré vivir un segundo de tu mismo infierno y te haré sentir la brutalidad que me carcome por verte morir.

- Gracias Ray, ese odio alimenta mi deseo por destrozar cada parte de tu cuerpo. Mereces lo mismo que yo. Juntos hicimos sufrir a tantos que querían vernos separados… pobres y aunque al final lo consiguieron, hoy volvemos a estar juntos… escribiendo el último capítulo de este infierno que tantos tuvieron que soportar.

- Quizá disfruten vernos morir juntos… quizá imploren nuestro cuerpo para que nos adoren hasta el final de sus propias vidas. Dejamos la inmortalidad…


Estaban golpeados, pero no adoloridos. Sus alas lucían impecables, puesto que no habían sido usadas en el combate. Se extendieron una vez más, pues el golpe mortal estaba por anunciar muerte.

Ambas alas empezaron con un movimiento lento hasta que ambos provocaron un huracán insoportable que levantó en el aire los vestigios de un recuerdo y las llamas que incendiaban cada sentimiento hasta consumirlo en el olvido.

Movían sus alas con tal intensidad que uno de ellos consiguió herir la piel del otro en un solo movimiento de estas. Había solo ira y odio… y así el que había sido herido en el pecho dio un giro desplegando impresionantemente sus alas hasta rozarle el cuello a su oponente, marcando en su piel una delgada línea mortal de la cual empezó a escurrir sangre.


Con la ansiedad del final y brotándole sangre del cuello, corrió con la espada en la mano, gritaba enloquecido. Sus alas se expandían mientras corría la poca distancia que le separaba de quien algún día fue … el compañero perfecto en el amor por el infierno.

Al momento que su oponente volteo para colocarse de nuevo frente a él, sintió el dolor intenso de la espada enterrándosele en el estomago. Vomitó sangre sobre el que un día fue su amigo. Y sin meditarlo tomó la espada por el puño para enterrarla a la altura de su espalda alta, justo donde nacían sus alas…


El rostro de ambos mostraba un dolor impresionante. Eran heridas perfectas para dejar a un lado la inmortalidad.

Ambos cayeron al piso y a un lado la espadas llenas de sangre. Las alas pesaban y estaban muriendo antes que el cuerpo de quien las poseía. Tardaron unos segundos en ponerse en pie nuevamente. Estaban envueltos en tierra, no había el brillo del platino y solo quedaba un instante de fortaleza.

Un grito desgarrador. Y levantaron las espadas para volver a clavarlas hasta la profundidad del cuerpo donde el último de los sentimientos se escondía perfectamente.

Fue tal la fuerza que los dos cuerpos volaron en el aire, hasta desplomarse en el vacío de aquella cumbre. En el horizonte podía verse como el cabello de ambos se levantaba con la misma elegancia de siempre. Finalmente cayeron al piso desbaratando cada uno de sus huesos.


- Hasta … nunca Sergio.

- Hasta nunca… Ray.


Murmuraron con dificultad, mientras las llamas del infierno terminaba por consumir lo que quedaba de ellos y el Ángel de Oro se fundía en el calor del infierno hasta que no quedo nada.

Desde entonces el Infierno dejó de existir en el universo. Nadie pudo contar una historia igual, el odio perdió significado y la delicia de la venganza quedo inmortalizada en la imagen de la batalla final.

Una leyenda que murió junto al Demonio que le inspiró a lo que un día llego a ser…





The Legendary Crown Prince Raynier

No hay Nada ya... Parte 2.

He esperado tanto este momento…

Te dije que volvieras cuando me odiaras más… y ese día sería justamente hoy, cuando el sol esta a punto de morir. Y aquí nos encontramos como el primer día: en el Ángel de Oro.

En nuestra sangre solo hay deseo de muerte, en nuestra mente no hay más que poder absoluto, nuestros labios están tan rojos como el mismo veneno que un día creamos juntos. Tu mirada es tan cruel como el mismo destello de mis pupilas. No somos más que dos demonios listos a devorar el último suspiro del otro.

- “Toma tu tiempo y dime cuando estés listo… yo, espero paciente.”



El infierno lucía tan espectacular. Cuerpos gritando el dolor que carcomía sus pecados, almas llenas de lujuria caminando casí sin fuerza, ángeles convertidos en cuerpos deformes por la tentación al abandonar el paraíso para disfrutar el infierno… en el que nunca fueron bienvenidos. No hay espacio para los humildes de corazón.

Cada uno caminando en el opuesto, miradas perdidas en la exquisitez del infierno. Era sin duda alguna el preludio a la batalla final. Entonces emprendieron un camino hacia la cumbre, mientras sus pasos eran firmes, sus recuerdos volvían con más y más fuerza.

Uno de ellos cerró los ojos y se detuvo extendiendo sus brazos para finalmente cubrir su rostro. Escurrían lágrimas por sus mejillas hasta que un grito desesperado termino por agotar la última de sus lágrimas. Limpió su rostro y continuo sus pasos a la cima… entonces en su rostro se dibujo una sonrisa que reflejaba su sed de venganza.

El otro llevaba unos pasos de ventaja, caminaba tan dócil y elegante que su mirada era el complemento perfecto para un demonio cruel, maldito y lleno de ira. No se detenía ante ni un solo recuerdo que pasaba por su mente. Levantaba la ceja mostrando superioridad al tiempo que sus manos se dejaban acariciar por el viento.

Cada uno por su lado, hasta que se encontraron en la cima.

Eran miradas de odio…


- Es la última vez que nos veremos sin rasguños en la piel, sin perforaciones en el alma… sin vacíos en la memoria. Son los últimos minutos de nuestra vida en este universo. Tan insignificante será después de nuestra destrucción. Víveme…

- Ha sido tanto, que merecemos una muerte sangrienta y sin piedad como este reino en el infierno.

- Disfruta la última batalla… maldito!!


Caminaban con el porte majestuoso propio de un amo del infierno y ambos vestían la gala ardiente de un demonio. Ambas coronas, de platino, eran deslumbrantes. Volvieron la mirada y se encontraron.

Suspiros… rabia… placer… instinto… Pasión.

Y el silencio se apoderó del ambiente por un instante. La oscuridad en el infinito marcaba el ambiente mortal, solo fueron unos minutos y entonces una cantidad impresionante de rayos y truenos termino con la oscuridad y el silencio.



Fue al momento de un trueno nunca antes visto cuando ambos extendieron sus brazos para dejar caer la capa que cubría sus espaldas, lo hacían con tanta sincronía que todo parecía perfecto.

Arquearon sus cuerpos para liberar las alas del Demonio. Eran aun más brillantes que la última vez, oscuras y fuertes. Cada uno tomó su corona y la aventó al vacío, fue ahí cuando un rayo las destruyó convirtiéndolas en el más fino polvo precioso que termino por esparcirse en todo el espacio hasta fundirse en las llamas.

No había nada más espectacular.

Un grito ensordecedor termino con la sincronía del paisaje y solo se vio como uno de ellos golpeo el estómago del otro provocándole una herida de la que brotaron unas cuantas gotas de sangre.

El otro, al tenerlo cerca, grito tan fuerte que termino por casi asfixiarlo mientras apretaba su cuello, hasta dejarlo sin aliento por un instante. Y al final, lo soltó.

No había tiempo para nada, cada segundo era valioso. El sol había muerto ya y el Ángel de Oro sonreía disfrutando el fin...

No le permitió levantarse y pateo el cuerpo con tanta fuerza que lo hizo volar en el aire hasta caer en el lado opuesto… al filo del vacío. Fue cuando este se levantó y volvió a llenarse de furia. Corrió sin detenerse hasta encontrarse con el otro, ambos envolvían al otro con veneno y gas mortal.


- Ahhh!!! Maldito!!! muérete idiota!!!

- Hahahaha… moriremos juntos Ray...

14/12/09

No hay nada...

Hoy es el último día…el último. No hay vuelta atrás, estamos aquí por una razón, y tu la conoces.

Los días de guerra terminan esta misma noche, me he reservado el odio para el último golpe y tu, con tu sonrisa diabólica, listo para escupir dolor. Y así, iniciamos la última batalla.



Tus labios destilan veneno puro, intentas dejarme sin aliento, tu mirada alcanza a congelar mis pasos, eres como los grandes... mi único gran rival.

Es tu sonrisa la que atrae mi atención absoluta mientras tomas un puño de tierra para lanzarlo al viento, convirtiéndolo en un tornado de violencia y destrucción… estás llegando lejos.

Empiezo a recordarte… maldito.

LOVE IS CRAZY… LOVE IS DEATH.

Esperaba que te acercaras al punto de peligro, a donde la sensación se vuelva tan intensa y capaz de asfixiar al más grande de los asesinos, mereces más que esto.

Y entonces, cuando el sol empezó a ocultarse extendí mi cuerpo al viento, un trueno libero la descarga eléctrica mas impresionante que nunca antes pudiste percibir, ni en tus sueños, era mi fuerza. Me habías subestimado.

Me detuve a contemplarte, a través de tu mirada encontré tu lado dócil, tu debilidad... un demonio completo.

Era tanto mi odio que no pude evitarlo, sentí el poder de la venganza en mi cuerpo, mi mirada se volvió tan infernal como este lugar y mi cuerpo se confundió entre las llamas.

Con un solo suspiro, un huracán se formó en mis pies y lo lancé sobre ti. Y entonces vi como desplegaste tus alas y tu cuerpo se transformó en el demonio que llevas dentro, tu mirada... deslumbrante. Escuché un grito infernal, tus manos lanzaron lumbre.

Eramos los dos únicos demonios en este infierno que tu conseguiste encender en mi. Y así nos levantamos en el viento, cada uno extendiendo nuestras alas en la inmensidad y nos mostramos tal cual somos… malditos.

... the only chance, take it in your hands.

Sin darnos tiempo a nada, lanzamos nuestro mejor golpe. El tuyo lleno de ironía y sed de muerte, el mío tan saturado de odio y venganza que solo vimos una explosión que hizo arder nuestra piel...



Lo conseguimos, volamos hasta caer en el lado opuesto y volvimos a ser humanos.

El paisaje ahora es más desolado, las nubes están más grises que nunca y no hay rastro de infierno. Aun se extienden algunas llamas en la pradera y hay restos de muerte despidiendo humo letal.

Nuestros cuerpos están envueltos en ceniza y brasa ardiente, ha sido la más cruel de las batallas. Mira tu cuerpo lastimado, tus alas han perdido el brillo de un demonio, mi piel se ha desgarrado tanto y mis alas han muerto.

Tu mirada ha permanecido perdida por muchos minutos, quizá algo vive en ti, no has muerto aun. Y yo apenas consigo observar el campo, hemos destruido casi todo... y la memoria? cierra los ojos y escucha el viento.

No es debilidad… es la memoria. Ahí estas, con una sonrisa ligera, lárgate maldito, ódiame más y vuelve…

Nos encontraremos antes que el sol se muera, en el ángel de oro...



6/12/09

Mi Funeral...

My life is a rollercoaster...

Cierra la puerta por favor.

Ambos parecemos extraños a lo que un día fuimos, sentados aquí dándonos la espalda al tiempo que la memoria termina por extinguirse.


Y la mirada perdida…

Me levanto y me siento ahora frente a ti, y te miro buscando una sonrisa, pero no hay nada ya. Se lo ha llevado todo el viento y no ha dejado rastro de lo que un día existió.

No hay más sonrisas atrevidas a la mitad de una conversación, no hay más palabras que encuentran un espacio en el corazón del otro, no hay más complicidad en los minutos de locura, no hay más… nada.

Se ha perdido todo y el último suspiro se acerca.

Entonces me levanto y camino paciente alrededor tuyo intentando que la memoria vuelva a tu cuerpo y puedas abrazarme como tanto he necesitado. Vueltas y más vueltas… ha caído la noche.
Coloco algunas velas en la habitación, al paso de los minutos empiezo a encenderlas, volviendo tenue el ambiente. Y así, me encamino a la esquina para abrir el cofre de la memoria y tomar tantas flores rojas como recuerdos que hay en el. Y lentamente, con respeto al tiempo que compartimos, les encuentro un espacio en toda la habitación. Todo luce perfecto.

Esta es la antesala de mi estado mental.

Todo huele al enigmático aroma del preludio mortal, flores rojas que marcan el intenso color del amor y velas suaves que iluminan la oscuridad de esta noche.

Tu, ahora de pie y delante de mí. Detenido en el tiempo y en el espacio. Tu mirada luce ausente mientras ves como me recuesto en este espacio reducido al tamaño de mi cuerpo.

Si, es el final…

Ayer sonreías mientras caminábamos juntos, ayer me mirabas con el corazón. Solías decirme te quiero y entonces tu mirada se llenaba de brillo, mi reflejo en tus ojos era un espectáculo increíble para mi. Hoy tu semblante luce distinto.

No hay nada que hacer, la guerra ha terminado y es momento que me retire. Tu fortaleza sigue intacta… la mía, puedes recogerla, está completamente hecha pedazos en el jardín de tu castillo.

Esta ha sido la batalla que mas ha dolido, la única que ha valido mi esfuerzo, mis emociones, mis pensamientos… mi amor.

Lo acepto, tengo miedo, pero es veneno letal lo que ahora respiro.

“Ven, acércate…”

“Eres el niño más tierno y noble que he conocido en mi tiempo de vida. El chico lindo de las emociones más sinceras, el que tanto he admirado por el amor incondicional que muestras por tu familia. El único que he conocido ha tenido la capacidad para hacerme sonreír con solo mirarme… Te amo por lo que siempre has significado en mi vida, te amo por tu forma de ser, te amo por las tantas veces que estuviste cerca de mi, sin que yo lo pidiera… Gracias.”

Y entonces te acercaste a mí intentando abrazarme, pero no había espacio suficiente, en cambio acaricié tu rostro y te acerqué a mi para besar tus labios, y al final solté tus manos…

“Te he querido tanto y me has hecho tanto daño…”


“Apaga las velas, recoge las flores... cierra mi ataúd. Es mi funeral.”


The Legendary Crown Prince Ray
The Tragic Kingdom

17/11/09

Count Down

Después de un paseo por mi memoria, he decidido invitarte a esta última cena. Una cena de despedida por el amor que hasta hoy nos hemos mostrado. Muchas veces nos hace sonreir con el corazón... otras tantas lastimando el sentimiento.

Pero siempre complices, te amo.

Ray : Hola, como has estado?
JL: Bien Ray, me da mucho gusto verte de nuevo.
Ray: Es un placer para mi. Bienvenido ...

Entonces, me levante de la mesa, mientras el se acomodaba en su asiento. La noche parecia misteriosa, aun cuando se observaban miles de estrellas. La luna iluminaba la explanada donde nos encontrabamos.

Prendí cada una de las velas que decoraban el espacio, el jardín del último piso de mi apartamento.

Tan romántico. Y volví a mi asiento, frente a él.

Ray: Que hermosa es la ciudad desde aquí, cierto?
JL: Lo es Ray, es como siempre, agradable compartir momentos así contigo. Tan distintos...
Ray: Esta noche es para recordar...
JL: Hemos pasado tantas cosas juntos, que me hace muy feliz poder estar así contigo. Olvidando todo.
Ray: Asi es Bonito, todo ha quedado átras. Hoy somos tu y yo... para recordar.
JL: Gracias por todo el tiempo que hemos pasado juntos, gracias por estar siempre conmigo cuando mas he necesitado.
Ray: Lo hago por amor... Todo.

Y serví dos copas de vino. Casi helado y exquisito para la ocasión.

JL: Salud Ray.
Ray: Por ti...

Entonces sopló el viento. Delicadamente apago algunas de las velas, acariciando así el momento que ambos estaban disfrutando.

Ray: Te quiero tanto...
JL: Yo también.

Ambos sonrieron mientras la luna se ocultaba entre algunas nubes oscuras.

Ray: Cierra los ojos Bonito.
JL: Por que?
Ray: Quiero que sientas...
JL: Que quieres que sienta?
Ray: Cuanto te amo.
JL: Esta bien.

Tu sonrisa brillaba en esa oscuridad. Amé mirarte tan feliz.

Ray: Confias en mi?
JL: Si, si confio en ti.
Ray: Ok, manten los ojos cerrados.
JL: Asi?
Ray: Si, asi esta bien...

La ternura en tu rostro me hacia suspirar ...

Ray: Respira... Profundo.
JL: Ahhh.
Ray: Te amo.

Baaang!!!

Se escucho un solo disparó en el silencio de la noche.

Disparé en su frente. Apenas abrió los ojos, murió en el instante.

16/11/09

My love...

Después de dejar de creer, dejar de sentir y dejar de pensar.


Vuelve la sangre a recorrer mis venas a la misma velocidad que los látidos de mi corazon... la razón? Tú.


Te amo... si, te amo! no te lo habia dicho por considerar son dos palabras delicadas y que no digo a menos que realmente las sienta. Hace una noche las descubrí a tus oidos y pude mostrarte la emoción de sentir.


The stars will start to shine... lets wait for that moment & then i will kiss ur lips.


Te amo JL.

24/10/09

Heartless

Esta noche todo esta impecable a mi alrededor, no hay rastro alguno del desorden, todo esta estrictamente igual como el último día en que estuvimos juntos.

Vuelvo la mirada al exterior y observo a unas cuantas personas que caminan a casa después de estar sentados conversando en aquel parque, niños jugando con sus mascotas antes de último suspiro del sol en este día, algunas parejas despidiéndose y deseándose una buena noche. Todo parece tan normal para ellos… tan nostálgico para mi.

Y es que de un tiempo a hoy, me he sentido tan solo, tan vacío… tan austero.

Camino un poco para recostarme en mis recuerdos. En este anochecer he decidido extrañarte, extrañarte como nunca antes lo había hecho, hasta dibujar tu silueta marcando tu forma de caminar al acercarte a mí dejando atrás los últimos rayos de sol, tu sonrisa inocente y tu mirada tan cautivadora dejando tu nobleza al descubierto.

Quiero decirte que no he abrazado a nadie con la misma intensidad , y tampoco me han abrazado como tu, no he respondido el teléfono con la misma emoción imaginando que eres tu… no he abierto un solo mensaje con la misma sorpresa, como cuando recibía tus mensajes. No me he divertido en una conversación como lo hacía contigo, por muy noche que nos quedáramos en el teléfono.

Han pasado demasiados amaneceres sin poder ver tu cara de ángel mientras consigues despertarte, tu cuerpo largo que apenas cabe en la cama, tus brazos cerca de tus labios. Después de ti… nadie y tampoco he permitido que nadie alcance más allá de lo permitido en mi mundo, tu vives en el, el único.

Hoy mi mundo luce desolado, no existe el desorden de saber que ropa me pondré para sentirme más cómodo contigo, no dejo ya mi loción destapada ni la crema para peinarme fuera de su lugar, no hay rastro de ilusión…

Esta noche quiero subir a la cima de la montaña … llevaré tu recuerdo en este último paseo juntos.

Y es en la oscuridad de la noche recuerdo cada momento junto a ti, la primera vez que hablamos por teléfono, la primera cita, la primera vez que la lluvia cayó sobre nosotros juntos, nuestro primer beso, la primera noche juntos, la primera vez que hicimos el amor, la primera vez que discutimos, los nervios cuando me presentaste a tu hermana, las veces que dormiste conmigo, mi pastel de cumpleaños, la vez que caminamos para llegar a coyoacán, el helado que ahí me compraste… tantas cosas bonitas. Tantos momentos que hoy para mi significan que viví el amor contigo, quizá un instante, pero siempre lleno de vida.

He llegado a la cima y … te sigo extrañando.

Te extraño como cada noche cuando tenías que volver a casa, te extraño como cada momento en que colgaba el teléfono para esperar a que llegará el momento de verte, te extraño como la última navidad que pase sin ti, te extraño como la primera noche que pasamos juntos y que espere dos días para poder verte de nuevo… y te extraño más que ayer.

Guardaré este recuerdo, por que te amo y te amo aun como la última vez que te dije lo dije. Lo guardaré en una caja de cristal …

Voy a lanzarla a las estrellas, tan alto y tan lejos que no alcance mi presente…

Y así ví como esos recuerdos, envueltos en una caja de cristal, se alzaban en la distancia lejos de la cima de la montaña en la que me encontraba, dio tantas vueltas en el aire que en el horizonte solo veía fotografías, una a una se dibujaban frente a mi… las contemple por última vez y las lágrimas empezaron a resbalar en mi rostro, en un instante lloraba con tanta melancolía que las estrellas desaparecieron y la luna dejo de brillar.

Fue entonces cuando la caja de cristal estalló al tiempo que desaparecía la última imagen de un beso que nos dimos, miles de trozos de cristal brillaron en la oscuridad, hasta desvanecerse en el infinito.

Caí sobre mis rodillas y con mis manos cubrí mi rostro, no pude controlar mis lágrimas, casí me ahogaba en ellas, suspiros al viento, miradas en el infinito, un sentimiento, una emoción… mi corazón.
Adios a la memoria...
...
El amor que nos tenemos ha podido con todo, hemos desafiado el tiempo, hemos gritado, hemos mutilado sonrisas con enojo y seguimos juntos. Hemos caminado largos trayectos y nuestras miradas cuidan uno del otro en la distancia... gracias por todo este tiempo juntos, gracias por quererme, gracias por tenerme cerca, gracias por compartir tu tiempo y espacio conmigo, gracias por tu sonrisa, gracias por compartir conmigo a tu pequeñita... aun nos falta mucho.

12/10/09

Aire


Hoy siento el viento acariciando cada parte de mi piel, como si fuera la delicadeza de tus manos cuando solías abrazarme con la misma intensidad de los látidos de tu corazón.

El aire en mis labios tiene el sabor de tus besos en esas noches en que platicabamos hasta perdernos en risas tan puras y tranquilas, eramos muy felices. Era la inocencia en tu mirada la que provocaba paz dentro de mi, era la nobleza de tu mirada y la ternura de tu voz la que podía terminar con el más triste de mis días.

Lo sabes, te amo...

No te imaginas la insoportable ansiedad de tenerte y no poder expresarte lo que siento como tendría que ser. Te he dicho mil veces que te quiero, y pocas veces te he recordado cuanto te amo, aunque se que lo sabes. Ha pasado tanto tiempo y el lazo sigue siendo el mismo, la fuerza del destino quiza nos mantiene cerca. La historia aun no termina...

Hemos pintado en el cielo una emoción tan fantástica que nos ha cuidado cuando hemos pasado por puentes de celos y batallas. Ese sentimiento de amor, es la unica fortaleza que me ayuda a estar aqui...

Hasta cuando? no lo sé...

Llegará el día en que no extreñe tus besos, en que no sienta la necesidad de ver tus ojos, en que no quiera oler tu piel al abrazarte, en que no quiera verte más. Llegará el momento en que no estes más en mi...

Entonces... yo, te ayudaré a preparar tu equipaje y te acompañaré al anden del tren en el que te irás lejos para que no vuelvas más.



Vivo en Libertad.




12/9/09

In The Dark

Cap. 7 In the Dark


Hace ya algunas semanas desde aquel accidente que lo tuvo inmóvil en una cama dentro de la habitación de un hospital.

Entre la vida y la muerte luchaba todos los días, habían días lúcidos y otros no tanto, amigos y familiares a su alrededor. Hasta que despertó por completo de una larga y profunda pesadilla. Le dolía todo, pero había vuelto a la vida.

Antes de abandonar el hospital se reflejó en un espejo, tenía rasguños fuertes en el rostro, heridas en el cuerpo y … cicatrices emocionales que estaban cerrando por fin. Los días calmaban la ansiedad. Había enterrado ya su memoria del pasado en un cementerio lejos de la imaginación, cerca de la realidad.

Alguien ha estado presente en su mente...



Ya ha pasado algún tiempo desde te conocí. Debo reconocer que esa noche no esperaba encontrar a alguien que me robara cada una de mis miradas hasta perderme en la imaginación de un mundo que poco a poco fue materializándose hasta conseguir hoy estar cerca de ti cuando el tiempo lo permite.

Una forma poca convencional de conocerte, pero de otra forma no creo que algún día pudiese coincidir en tu espacio… en tu tiempo.

Recuerdo perfectamente cuando nos presentaron en ese antro, en la fiesta de cumpleaños de esa chica tan especial para mi y amiga tuya, nos saludamos con las manos, tu mirada tan indescriptible como la misma línea impresionante de tus labios. No conversamos mucho en ese instante.

No deje de verte y me senté frente a ti mientras estabas de pie conversando con alguien más, me perdí. Pasaron los minutos y la sensación creció en mí. Mirarte de cerca fue carcomiendo mis fuerzas hasta quedar completamente inmóvil por la fuerza de tu presencia.

Dijiste que te ibas. Instintivamente reaccioné y te invité a que tomáramos una cerveza juntos en la parte de abajo de ese bar. Mientras conversábamos, bajamos las escaleras y caminamos hasta que el tiempo de ti se terminaba. Quedamos en que llamaría para salir a tomar algo, te ibas ya. Solo recuerdo haber respirado profundo para poder decirte si podía darte un beso…
El tiempo se detuvo en el momento que tus labios se quedaron en los míos por algunos segundos. Fue una emoción distinta, pura y tierna. Deje de pensar y me olvidé de todo. Ha sido, honestamente, un beso que no olvidaré nunca.

Volvimos a reunirnos con el resto del grupo. Y te despediste, no sin antes volver a besar tus labios, pero no con la misma privacidad y sensación de unos minutos antes. Después de eso, recordé como se sonríe por la emoción que provoca la sensibilidad de poder compartir un instante con alguien que merece la pena.

Desde entonces he procurado compartir algunas tardes contigo, he aprendido un poco más de tu forma tan singular de ser, de tu forma fantástica de llenar el vacío, de la forma increíble en que la armonía de tu voz llena el silencio, de cómo tu silueta brilla en la oscuridad y como el destello de tu mirada vuelve soportable el frío en la ciudad.

Hoy se lo que tu significas para mi.

….

Después de escribir unas líneas en mi diario es momento de dormir. Mañana podré disfrutar estar cerca sin preocuparme por verle al siguiente día y sin temer que será la última vez que compartimos una tarde.

Apagaré las luces para poder observar la noche desde mi cama mientras consigo dormir hasta perderme.

Es un día tranquilo, como las últimas desde que el pasado se ha ido de mi hasta sepultar mi memoria en la muerte de los que me hicieron daño. Ya no hay un solo rastro de la metáfora increíble de su muerte en aquellos sueños de sangre, en esas noches de ira. Hoy ya no hay nada.

Solo yo y la emoción de las tardes que he pasado desde entonces con José No hay nadie como el, no hay inteligencia más exquisita que la de él, sus disparates, su ironía tan transparente, su verdad tan intrigante, su expresión cósmica, su forma tan esporádica de demostrar aprecio, su humor tan ácido en ocasiones… siempre él.

Las horas han pasado, debo irme para estar a tiempo en donde le encontraré.

Me he mirado en el espejo: mi sonrisa refleja tranquilidad y mi mirada luce paciente. Y hoy aun más por que, como cada vez que nos vemos, el tiempo se detiene cuando platicamos de tantas cosas.

Tomo un taxi en la puerta de casa y se encamina a la avenida hasta llegar al centro de Coyoacán. He llegado a tiempo, la noche esta empezando a caer y aun no llega. Creo debo esperarle unos minutos como es costumbre. Ya no hay tanta gente, se empiezan a alejar a las cafeterías y bares de los alrededores del parque, dejando un poco solitario el espacio.

Y después de unos largos minutos de espera…

- “Hola, me da muchísimo gusto verte de nuevo...”

- “Disculpa que haya llegado un poco tarde, pero había tráfico”
reCursivaspondío mientras se daban un abrazo.

- “Te parece si vamos por un café y nos sentamos aquí en el parque para conversar tranquilos?”

- “Como quieras esta bien Rayito…”
y le dió una palmada en la espalda.



Mientras caminaban conversaban sobre como la habían pasado los últimos días, uno en la Universidad y el otro en el trabajo. Sonrisas cruzadas en algunos momentos y un sin fin de comentarios que provocaron una conversación agradable para ambos.

Ordenaron dos tazas café para llevar y las recibieron. Se dispusieron a caminar de regreso a donde se habían encontrado. Pero sin detenerse, continuaron sobre la banqueta de la calle principal…

La noche había caído ya y las luces se habían encendido ya en algunos lugares. Conversaban de tantas cosas que sus miradas solo reflejaban sentir lo agradable de ese momento. Por instantes se dibujaban sonrisas naturales, la estaban pasando bastante bien e incluso dejaban escuchar algunos segundos sus risas, que reafirmaban el hecho de estar pasando un buen momento.

Por segundos caía el silencio y así mismo volvían las palabras con fuerza. Era tan interesante el momento que se olvidaron que estaban caminando sin rumbo fijo hasta que se acercaron a un parque por demás iluminado pero muy solitario. Ideal para sentarse a discutir una conversación muy entretenida para ambos.

Ya pasaban de las nueve de la noche y ambos parecían divertirse juntos, no había miradas tristes ni sonrisas fingidas, todo era natural y espontáneo.




- “Me hace muy feliz estar compartiendo este momento contigo, después del accidente que tuve, eres muy importante para mí. Gracias por estar esto y por todo.”
Su cara expresaba la emoción de tenerle cerca.

- “Gracias Ray, es muy chido pasar tiempo contigo.”



Y entonces, el silencio cayó alrededor de ellos y uno se acerco a los labios del otro, dejando sentir la libertad y la emoción de un beso. Segundos increíbles y la escena más tranquila y respetable. Sin morbo.


- “Vámonos antes que sea más tarde Ray, debo llegar temprano a casa” dijó con una expresión tímida después del beso.

- “Si, esta bien... debemos regresar” le respondió.



Y ambos retomaron el camino de regreso. Después de unos minutos, volvieron las sonrisas por la complicidad del momento anterior y de nuevo la conversación calmo el silencio.

Mientras caminaban, observaron a lo lejos que venía un auto a exceso de velocidad y el instinto les hizo detenerse a observar como se acercaba.
José empezó a quedarse en silencio mientras caminaban. En su mente los sentimientos le confundían una vez más por lo que había sucedido. Era algo que no quería que pasará pero que el momento se dio y aceptó la situación.

Por su parte, Ray empezaba a darse cuenta de la situación y trataba de calmar la tensión con algún comentario. Y no conseguía gran cosa.

- “Te arrepientes, cierto?”

- “No, no me arrepiento, solo que... ”

- “Entonces que sucede?”

- “No lo sé Ray, eres un chavo agradable y me gusta que salgamos, pero…”

José no supo dar explicación alguna a lo que estaba sucediendo y el momento le estaba causando cierta incomodidad hasta que exploto y no pudo controlarse.

- “No puedo con esto, no lo entiendes?”


No dijo nada más y abrazó a su amigo.

- “Perdóname Ray…”

Le dio un beso en la mejilla, y con sus manos tomó el cuello de su amigo con toda la intención de ahorcarlo. Las fuerzas que tenía en las manos hacían todo por asfixiar a Ray, quien desesperado intentaba con movimientos bruscos escapar de sus manos.

Por un momento alcanzo a soltarse y recogió una botella quebrada que estaba entre las piedras. En ese momento José ya estaba de nuevo apretándole el cuello.

El instinto por sobrevivir…

Enterró, sin pensarlo un solo segundo, la botella en el brazo de su amigo y lo rasgó con el poco de fuerza que tenía. La sangre salpicó a ambos.

José aventó a Ray tan lejos como pudo y así recogió un cristal con mucho filo y fue sobre su amigo, quien estaba tirado en el piso intentando recuperarse. Cayó encima, enterrándole el cristal en el estómago. Al momento que el hacía eso, Ray alcanzó a clavarle, en el cuello, restos de cristal que aun conservaba en la mano. Ambas miradas mostraban desesperación en intento frustrado por sobrevivir. Después de unos segundos, había ya un charco impresionante de sangre.

- "Te quiero..."

Fueron las dos únicas palabras que se pronunciaron en el silencio de la noche.

Dos cuerpos yacían en medio de una calle solitaria… dos cuerpos distintos que buscaban identidad en medio de una confusión.

Beloved M.

3/9/09

La Playa.... Asesino.

Cap. 6 La Playa... Asesino

Hace algún tiempo, conocí a alguien que me provocó un sentimiento que no se como describir. Su situación de soledad aun en el mundo en el que vive, quizá ha sido lo que me ha atraído, además de la emoción de ser esa persona quien me trata de una forma poco convencional y para mi, bastante confortable.

Es la oportunidad de intentar sentir y dejarme llevar por una emoción que parece tan natural y discreta como una sonrisa de complicidad y esta tarde decidimos compartir una noche solos en una playa a unas cuantas horas de la ciudad. Los dos intentando lograr esa conexión.

El trayecto en el auto ha sido bastante agradable, como en las conversaciones que antes habíamos sostenido, su sonrisa y su sentido del humor, la magia de las palabras al observar algunos paisajes, la caída del sol desde la carretera. La magia y la protección de su presencia… conquistando mi espacio.

Y así después de unas horas que pasaron sin sentir, llegamos a instalarnos en la cabaña que el hotel nos asigno, a un lado de la playa. La noche perfecta y el sonido de las olas estrellándose en unas rocas cerca del acantilado.




Los dos nos detuvimos a observar, en el horizonte, el reflejo de la luna sobre el océano. Me perdí en su mirada y solo sonrío. Caminamos unos metros hacia la playa, hasta que el agua mojaba nuestros pies.

No hay antes, ni después. Lejos de la ciudad en la tranquilidad del mar y la suavidad de la noche. Y así, sentados a la orilla de la playa conversamos y jugamos mientras bromeabamos juntos, entonces un beso termino con la distancia física.



Sonreímos.

No había más, los dos juntos dejándonos llevar por una emoción y un sentimiento indescriptible y natural. Nadie nos observaba y nadie nos juzgaba. Eramos dos locos viviendo el momento y la aventura.

Acercamos el auto a la cabaña para poder encender la música, su música y así empezamos a beber un poco de alcohol, mientras platicábamos sobre nuestra vida, recuerdos de la infancia de cada uno que salieron del interior envolviendo el ambiente con la misma inocencia de esos años.

Podía sentir su protección en sus besos, después una sonrisa tierna en sus labios. Y continuábamos nuestra conversación. Ni uno de los dos hablaba de amor… era más bien disfrutar el estar solos, lejos del mundo y sintiendo.



Y nos recostamos sobre la arena, nos perdimos en las estrellas mientras hablábamos de lo bien que nos sentíamos en ese momento, de la magnifica emoción de compartir una noche así… habíamos esperado tanto. Atrás había caído la máscara con la rudeza de su personalidad para dejar al descubierto una emoción indefensa en busca de amor y protección. Ahí estaba yo… acariciando los sueños y la realidad de su persona.

Cuando menos lo esperaba sentí sus labios sobre los míos y nos dejamos llevar por la emoción de estar juntos. Un beso tan largo y sensible que perdí la noción del tiempo.

“Te quiero…” fue lo único que dijo.

Y el tiempo se detuvo, ni una palabra. Solo nuestra mirada perdida en el cielo. Nos levantamos y caminé hacia la playa, a mojar mis pies y empezó a sonreir Dijo que jugáramos un poco y que quería tirarme al agua. No dude en echar a correr, mis pies salpicaban y se escuchaba, además del sonido de las olas, mis pisadas en el agua.

Venía corriendo detrás de mí, su risa se escuchaba en el viento y no dejaba de insistir en que me alcanzaría y me tiraría al agua. Fue divertido para ambos, hasta que me cansé y deje de correr, estaba lejos de la playa. Me alcanzó, me abrazó con fuerza para encaminarme al agua. Puse un poco de resistencia pero al final no lo conseguí y me llevó hasta el agua y en el intento por tirarme, me detuve de sus piernas y conseguí que cayera conmigo. Nos reímos hasta cansarnos.

Y volvimos a la arena…


Después de un rato propuse que fuéramos al mirador, arriba en un cerro de la ciudad.

"Vamos …" Dijo.

Y así maneje al malecón y de ahí tomé la avenida que sube al cerro donde estaba un pequeño mirador alejado de todo y de donde se podía observar la ciudad desde lo alto. No había nadie afortunadamente y sin decir nada nos empezamos a besar, estaba todo oscuro afuera y le sugerí saliéramos del auto.

Inicio un momento de verdadera intensidad donde solo se escuchaba nuestra respiración en el viento y los cuerpos cada vez se estremecían más. Era más delicioso de lo que esperaba, sentir su cuerpo y su piel en mi, sus labios en mi cuello, sus brazos en mi espalda. Solo éramos dos en el universo.



Movimientos eróticos y miradas llenas de placer. Sus labios suaves en mi piel y los míos recorriendo cada parte de su cuerpo. Fuimos más y más lejos hasta que el tiempo se detuvo en el clímax del placer. Un suspiro y una sonrisa exquisita marcaron la complicidad de lo que ahora era un secreto.


Y caímos al piso, sonreímos. Dijiste que había sido genial y fantástico. Nos vestimos y nos sentamos a la orilla del desfiladero, con la intención de compartir alguna conversación.

"Te veré de nuevo?"

"Si... seguramente nos veremos de nuevo"

Y retomamos la conversación de unas horas antes, nuestra forma de vivir tan distinta y tan emocionante, un poco de nuestra infancia y alguna que otra memoria de la adolescencia. Debo admitir que surgieron momentos realmente aceptables que provocaron una emoción transparente. Lo podía percibir en la tranquilidad de sus palabras y en mi bastaba sentir la naturalidad de mi mirada.

En un instante miro la pantalla de su móvil, y el tono de su voz se volvió indiferente. Se disculpo por que debía hacer una llamada, se alejó.

Volvió, me pidió regresáramos a la ciudad por que había olvidado que a la mañana siguiente le esperaría su novia en su apartamento, y no podía ausentarse. Encogió los brazos y murmuro que lo sentía pero que así eran las cosas.




Y entonces un torbellino de emociones vino a mi, recordando los días en que decía quererme y necesitarme, cuando su soledad le pedía mi compañía, en lo que sentía al recibir algún mensaje de texto en el que expresaba lo que sentía por mi. Recordé las palabras tan tiernas que días antes me había dicho.

No dije nada y le dí la espalda… empezó a caminar hacia mí. Y me tomó del brazo para voltearme frente a él.

“Aun no estoy seguro Ray, discúlpame.”

Y una lágrima escurrió en mi mejilla, baje la mirada al piso, me abrazó y me besó en los labios. Ya nada era igual.

“Te quiero…” fue lo último que escuche de sus labios.

Caminé al auto, abrí la puerta y me agache para tomar el revolver que guardaba debajo del asiento. Encendí las luces del auto para poder distinguir en la oscuridad.

Empecé a recordar y las imágenes llegaron a mi mente en un segundo, cerré los ojos, levanté el arma, tiré del seguro y jalé el gatillo en dirección a su brazo.



Gritó al viento, y disparé justo en su estómago. Lo ví desplomarse, me acerqué. Solo gemía, intentando pronunciar palabra, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Y sin pena, con la mirada llena de odio y con lágrimas resbalando en mis mejillas, disparé en el lado izquierdo de su cerebro; donde las emociones nacen… y mueren.

Me despedí de su cuerpo y me subí al auto, arranque el motor y maneje de nuevo a la avenida.

...

El automovil aceleraba cada vez más rebasando el limite de velocidad y al salir de una curva se encontró frente a un trailer. El auto había invadido el carril contrario, el conductor alertaba con las luces altas y el sonido del claxon. Lo inevitable había ocurrido. El auto termino estrellándose en la parte frontal del trailer, se desbarató.

Las ambulancias llegarón en unos minutos y con la ayuda de bomberos y otros voluntarios removieron los fierros y la carroceria del auto que parecía abrazar al conductor para llevarse su vida.



Una camilla se acercó, consiguieron sacar el cuerpo lleno de sangre. Las sirenas anunciaban la emergencia...




15/8/09

Friendship ends... Asesino.

Cap. 5 Friendship ends... Asesino
- “Siéntate, vamos a platicar. Han pasado tantos años desde la última vez que nos vimos…”

Los mejores años de esa amistad se han ido y solo quedan recuerdos en la memoria de ambos. Después de unas horas de plática, compartieron aquellos momentos de ausencia en la vida de uno y otro. Sonrisas y dificultades que el tiempo no permitió que compartieran. Hoy están uno frente a otro, en el apartamento de su amigo.

Dejaron de frecuentarse por que siguieron caminos muy distintos. Uno manteniendo la tranquilidad que necesitaba en su vida y el otro aumentando la adrenalina en sus días.

Destaparon una botella de vino exquisito y empezaron a recordar esos momentos que los llevaron a la cima de la popularidad en un ambiente tan lleno de vicios, materialismo y oportunidades difíciles de pasar desapercibidos. La memoria se fue refrescando comenzando por las tardes fastuosas y fantásticas en aquel bar de ciudad universitaria donde juntos hicieron un grupo de cinco personas tan diferentes y unidas por la simpatía de vivir la emoción y la adrenalina del alcohol sin límite.

Fueron, quizá, las tardes más significativas de esa época en la que cada uno iba descubriendo su verdadera identidad a los demás. Sin miedo a ser criticados, observados y señalados. Todo merecía la pena ser recordado, la ausencia de cada uno en el grupo marcaba en uno de ellos la melancolía.



- “Mira nuestras fotos amigo. Esta fue la primera que nos tomamos juntos, esta otra es cuando ya eramos los cinco inseparables, recuerdas esta? esa tarde que nos siguio la policia por tomar en lugares públicos...”

- “Que maravilla ha sido eso para mí tenerte como amigo“ Su amigo suspiro al terminar de decir estas palabras.


Ambos se sirvieron una copa más de vino y el ambiente empezó a impregnarse con el humo del cigarro.

Era entonces el soundtrack de Réquiem for a dream.


- “La recuerdas? Era nuestro reflejo, drogas, sexo y demasiado alcohol. Peligro, adrenalina, excesos, aventura… temor. Eramos entonces solo tres, los tres arriesgando la vida en las drogas. No había limite, cuerpos en el aire. Cuerpos tirados en el piso después de una larga travesía en el alcohol y las drogas, amé esa vida loca. Hasta que una de esas noches, la emoción nos tendió una mala jugada…”

- “No, Ray…”

Una copa más de vino y la memoria empezaba a ir más allá de lo que estaba permitido recordar. Y así entre más vino bebían más permitían que el recuerdo escapara a la realidad de ese momento. Se perdieron en el alcohol y uno de ellos saco de su bolsillo un poco de cocaína para prepararla en la mesa y ofrecerla al otro. Inhalaron como en los viejos tiempos en el departamento, cuando todos se iban y las luces disminuían hasta perderse en la infinita noche.


- “ Ya no hay nada carnalito, es el pasado… y esta es la última noche que compartimos juntos, ha sido un placer volverte a ver y recordar aquellos días en los que solo tu me comprendías, era la respuesta de una amistad increíble. Fuiste importante Ray.”

- “Lo sé, y tu lo fuiste también, salud amigo, por esos tiempos.” Le respondí.


Una mirada removió el escombro de ese secreto bien guardado hasta ese día…


- “ Salud.”

...


Esa tarde, salimos los cinco a un buen bar, en el v.i.p room del lugar. La mejor vista, la botella de moda, las caras de siempre, y el lujo de ser admirados por el exceso.

La música era el motor de lo insaciable, las miradas empezaron a cruzarse y el deseo carnal empezó a brillar en medio de las luces del lugar. Una sonrisa en los labios y la mirada perfecta, marcaron el inicio de una complicidad más allá de lo permitido.

- “Vamos a casa, quiero dormir. Te irás a la tuya o prefieres quedarte en mi depa?” Le pregunté.

- “Si, mañana temprano me iré a casa Ray.”

Nos fuimos los tres que quedamos a casa, seguimos bebiendo hasta que ella tenía que irse para que no le castigaran en casa. La habitación se había convertido en un lugar de batalla donde habían botellas de cerveza en todos lados y la cama había quedado destrozada después de bailar y jugar los tres sobre ella gritando la emoción de estar juntos … por última vez.

- “Apaga la luz, ven vamos a platicar, préndeme un cigarro por favor y alcánzame una cerveza, mientras pongo más música. “ Dijiste mientras caminabas a poner música.

- “Me quieres amigo?, en realidad no entiendo por que te has alejado en los últimos días” Pregunté.


- “Las cosas con mi novia no han estado del todo bien, es muy celosa con el tiempo que les dedico a ustedes, trato de entenderla y explicarle que ustedes significan mucho para mi, pero al final, no termina por entenderlo. Tu sabes que en silencio seguimos siendo amigos, aunque a ella le incomode, pero Ray, tu vales mucho para mi”

Hubo unos minutos de silencio.

- "Lo siento, el amor a veces me ha cegado... como ahora." Respondió.

- “Abrázame…” y cerré los ojos.



Y entonces cuando le abrazó, empezó a acariciar su pecho, su cara y su cintura. El ritmo cardiaco cambió en un instante y no hubo más que silencio. Tomó la mano de su amigo y dejaba que le acariciara más allá de lo permitido. La intensidad empezaba a notarse en la sensibilidad de la piel. Los cuerpos estaban totalmente perdidos en el erotismo.

- “Tócame… no te detengas”

- “Somos como hermanos…” y dejé que mis manos te abrazaran.


- “Hazlo… si es lo que quieres, hazlo.”

Entonces la música perdió sentido, solo era la intensidad de dos cuerpos excitados por la adrenalina del sexo a escondidas. Los labios se encontraron por primera vez, el calor de los cuerpos se notó en el ambiente y la respiración de ambos comenzó a escucharse en medio de la música. Respiración agitada hasta consumir lo prohibido.

Lo que paso después no fue historia.

- “Sólo recuerdo como te fuiste de casa, y no volví a hablar contigo en muchos meses, te guarde mucho rencor por tu ausencia , te extrañe muchísimo hasta que empecé a olvidarte.”

Una copa más de vino y sus miradas solo reflejaban tristeza, ambos se querían mucho. Las miradas decían todo, silencio absoluto. En el infierno de una amistad perdida.

- “Ven, un último abrazo no nos vendría nada mal, después de todos estos años en los que no hemos cruzado palabras hermano.” le dijo su amigo.

El vino ya había hecho efecto en ellos y se respiraba melancolía y nostalgia… ira.

- “Será esta la última vez que te veo…” Contestó.

Bebieron la última copa y las estrellaron en el aire antes de abrazarse. Uno de ellos la dejo caer al piso.

...

Lo sentí cerca de mí, y las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas recordando aquellos días en los que el amor de amigos era la fuerza de esa amistad: quien me escuchaba, quien me hacia sentir seguro, quien me cuidaba si enfermaba, quien dormía en casa cuando las cosas iban mal.


Quien me abrazaba siempre que me veía y demostraba sin pena cuanto me quería, quien tantas veces me beso en la mejilla mostrando parte de sus sentimientos… me enamoré. Me enamoré de su sonrisa y su sentido del humor, me enamoré de lo bien que la pasaba cuando estábamos juntos, de su voz y su mirada, del olor de su piel.

No pude más y deje que mis lágrimas mostraran el sentimiento que guardé por tanto tiempo, me dolía demasiado su ausencia. Me confundí y mis emociones me transtornaro. Sentí como mis manos enterraron los restos de la copa en su espalda. Un grito ahogado en lágrimas se escapo desde mi interior, deslicé el filo del vidrio en su cuello, sus ojos saltaron mostrando desesperación.


Se escurrió en mis brazos hasta desplomarse por completo en el piso, mis manos estaban llenas de sangre y mi ropa marcaba el rastro de su cuerpo al resbalar. Lloraba por amor...

- “Te extrañé mucho ... “

Se dió la vuelta para irse dejando atrás una escena desolada y triste.

10/8/09

Interlude

El final se acerca.
Un segundo en el tiempo marcará el cambio de estación y será entonces el fin de la agonía.
Adictivo... Asesino.

4/8/09

Beautiful Parte 2 .... Asesino

Cap. 4 Beautiful ... Parte 2.



Sé que esta noche estaré cerca de su piel y entonces entenderá el poder del deseo y la venganza, quiza sea tan intenso como el veneno que destila mi mirada en el espejo al ver su reflejo...

Y nos encontraremos de nuevo cuando la luna brille en sobre nuestra piel, será el último viaje en esta nave que esta a punto de perecer en el final del infierno.

El tiempo se volvió aliado y se encontrarón uno frente al otro, en el mismo lugar en el que un día sonrieron al verse por primera vez. Ese día fue segundo a segundo... los nervios de encontrarse después de tanto tiempo planeándolo. Fue una escena más bien espontánea en la que fue inevitable reconocer en el rostro de cada uno la sensación de bienestar y felicidad de por fin ver sonreir uno al otro.

Sin muchas palabras que pronunciar y con demasiadas miradas que interpretar. Fue una noche inolvidable... esta también lo será. Esta vez había un lugar y un momento definido. Así caminaron como solían hacerlo cuando la confianza era más grande, hablando de mil cosas, detalles, recuerdos... miradas y sonrisas.

Y el tiempo voló. Extásis, lo mejor para una noche así. Una pastilla... alcohol... la música empezó a retumbar en mis oidos, la sensación de volar se apodero de mí y empecé a sentir la música como nunca antes, una pastilla más, vodka y red bull. Una bomba en mi cuerpo a punto de estallar.

Era poco antes de las 3 de la mañana. " Vamonos, recuerdas que me dijiste que deberiamos ir a tomar a un lugar que no fuera una casa, un bar o un antro? hoy es el día. Encontré una fábrica abandonada en la carretera que va a Puebla, tan tenebrosa como a ti te gusta y tan exquisita para mi en esta noche..."

El tiempo era suficiente, música de Nightwish y Enigma, perfecta para la ocasión dentro del auto. No habia mucho tránsito en la ciudad, así que pronto llegamos a la salida del DF. El alcohol empezaba a hacer efecto en el y se perdió en un sueño un tanto pesado.

Después de un rato llegamos al lugar, seguía dormido y me baje. Fuí al lugar y volví en pocos minutos, seguía dormido. Tome un par de cuerdas que llevaba en la cajuela del auto, amarré sus manos y pies. No sentió nada. Lo tomé en mis brazos y lo lleve dentro del lugar.

Era un espacio totalmente abandonado con mil objetos propios de una industria, algunos huecos en el techo, por donde pasaba un poco de luz de luna, demasiado polvo y unos cuantos cajones de madera. Lo senté en una silla muy vieja. Volví al auto y lo estacione lo más cerca que pude y subí el volumen de la música. Volví con un bote de alcohol que coloque en tu naríz... tenías que despertar.

"Ahhh!! ahhh ahhhh!! que pasa, donde estamos? por que me amarras?, desátame"

Y en silencio empecé a beber, acerqué la botella a sus labios para que bebiera hasta casí ahogarse, tosío desesperado...

"Hoy estas aquí, atado, ya no eres más un demonio, tu poder se ha extinguido en el aura de la noche, la neblina afuera marca el comienzo de tu fin, es mi única oportunidad para hacerte sentir dolor en cada una de tus células. Hoy soy el mismo demonio que un día leíste en mis historias. No dices nada? mira lo que tengo en mis manos..."


Le arranqué la playera hasta dejarle sin nada que le cubriera. Poco a poco fui recorriendo su estómago con el filo del puñal que le había mostrado, dejando una herida para que brotaba sangre lentamente. Y el sólo veía su mismo cuerpo sangrar... unas cuantas lágrimas que mostraron su furía y la ira que empezaba a carcomerle por no poder hacer nada con el cuerpo casi atado por completo.


"Duele? lo sé! y no es suficiente."

"Dejame!!!, si me suelto te voy a matar". Y me miraba destilando odio.

"No, no puedes soltarte, no tienes forma"

Lo abracé mientras se retorcía maldiciéndome. Una lágrima escapo de mis ojos y en su oido murmuré "Te amo...". Y entonces enterré sin miedo el estilete en la parte baja de su espalda. Solo gritó y se escuchó el eco en todo el lugar.

Solté su cuerpo y se desplomó en el piso del lugar.

"Vamos te llevaré a ver la noche" Y arrastré su cuerpo, mi ropa estaba manchada de sangre ya. Lo aventé en el jardin, aun seguía creyendo que podría liberarse y su cara solo mostraba odio, odio hacia mi. Quería matarme con su mirada. Gritó lleno de rabia maldiciendo el día en que me conoció.

" Callate malditooo!!! "

Y con todas mis fuerzas patíe su estómago, y luego su cara, empezó a brotar sangre de sus labios. Sus ojos se llenaron de lágrimas... "Así lloré mil noches por tí"

Amarré su cuerpo a la parte trasera del auto, empezó a azotarse en un intento de desesperación por liberarse y volví al auto, lo encendí y empecé a avanzar sobre el empedrado.


Solo escuchaba sus gritos por el dolor que le causaba el ser arrastrado en esas condiciones, casí desnudo y sangrando. Una vuelta más y de regreso al jardín.

Desate su cuerpo del auto y también sus manos y pies. Lo arrastré hasta la puerta enorme de la fábrica. Poco a poco deslice sus jeans hasta dejarlos en sus pies. Lo avente en el aire, estaba casí desnudo y habían heridas en todo su cuerpo.

Entre al interior y tomé tubo de acero que encontré a mi paso, corto pero grueso, volví a donde estaba y sin decir nada lo estrelle contra sus manos. Solo escuche el crujir de sus huesos.

No podía moverse ya... Prendí un cigarrillo y empecé a fumar dándole la espalda, escuchaba I love you, i´ll kill you de Enigma.


"Quieres fumar? fumaaa!!! que fumees te digooooo!!! " . Y entonces lo volví a patear en el estómago, empezó a escupir sangre. Y le puse el cigarro en los labios...



Llevé el cigarro de nuevo a mis labios, esta vez, con el filtro lleno de su sangre, escupí y lo deje caer en su abdomen. Empezó a patear con la poca fuerza que te quedaba, y el cigarro dejó marca en su piel poco antes de caer al piso.


"Arde?? lo sé. Por cierto lo olvidaba... el puñal."

Y con un poco de fuerza lo enterre en su brazo, lo deslice poco a poco hacia abajo, sin pasar por sus venas. Disfrute verlo sintiéndo el dolor.

Y de pronto todo se nublo, la luna desapareció entre las nubes y las estrellas dejaron de brillar. Truenos en el silencio y rayos en la oscuridad. Abrí la cajuela del auto y tome un cuchillo muy afilado.

"Ya me canse de ti, ya no quiero verte más. Perro desgraciado!!! "

Y entonces enterré el cuchillo en cada una de sus piernas... en su estómago. Volvi al auto, tome debajo del asiento la rosa que un dia me regaló, estaba ya deshidratada, pero completa. Regrese a sus pies.

"Recuerdas esta rosa? la guarde para un momento especial... tu muerte" y la deje caer al piso.



Finalmente, tomé el cuchilló lleno de sangre, mi cuerpo estaba totalmente salpicado... lo enterré en su boca. Sus ojos se abrieron como nunca antes y brotó la sangre en sus mismo rostro.

Tomé la rosa y sonreí, la deje caer sobre su cuerpo. Volví al auto y lo encendí para dar marcha atras justo sobre su cuerpo, lo aplaste sin piedad. Moví el auto a un lado y lo ví por última vez...

Bye bye beautiful...

27/7/09

Beautiful... Asesino

Cap. 4 Beautiful (Parte 1)


La luna iluminaba tenue sobre el terreno. Estaba él en cuclillas sobre la tierra húmeda por el sereno de la madrugada... en sus piernas y con sus brazos sostenía un cuerpo pequeño, la cabeza colgaba hacía un lado y una mano tocaba por completo la tierra. Su rostro brillaba por las lágrimas de dolor...

Escucha la canción, recuerdas?


Hace un tiempo venía acariciando tus sueños cuando te acercabas a mi y me dejabas oler tu perfume en tu piel, me perdía contemplando tus gestos cuando tu mirada empezaba a ser tierna. Siempre lo fue...

Recuerdo como solíamos platicar hasta la madrugada. Solo esperaba paciente llegar a casa para encender mi computadora y poder conversar contigo, mis historias... tus historias.




Un día me dijiste que yo era tu Superman, entonces entendí tanto en ti. Eras tan inofensivo pero usabas una máscara y un escudo para protegerte del daño que cualquier persona pudiera hacerte, un día me confesaste que te habías enamorado y te habían lastimado mucho. Por mi parte prometí no hacerte daño ni lastimarte nunca...

Soñabamos en volar una nave, donde sólo tu y yo fueramos los amos del infierno. Los unicos demonios. Los mejores y si, lo fuimos en una gran temporada. Y entonces empecé a extrañarte cuando te alejaste.

El ángel era el mejor lugar de la ciudad para encontrarnos, el día en que te vi por primera vez impactaste mi mirada y cambiaste mi forma de pensar, sabía que estabamos mas cerca que nunca. Nos dedicamos a platicar, recuerdo perfecto dijiste que no podiamos ser novios nunca... y terminaste besandome esa noche, la ciudad oscura nos observaba mientras nos reiamos como locos a los pies del ángel. Esa noche nos besamos hasta cansarnos, tus labios inocentes me enloquecieron y amaneció. Tu y yo juntos, como nunca lo imaginamos.


Era tu Superman... Las noches pasaron y seguiamos saliendo juntos a divertirnos, algunas veces nos besamos, otras más reiamos, algunas otras enojados, pero cerca. Sabiamos lo que sentiamos, y aunque no todo era claro, nos veiamos por la simple razon que nos gustaba pasar tiempo juntos, hasta viendo alguna película sin tener que hablar de nada.

No hay nadie cerca... solo tu y yo. Mira esta es la foto que tomaste tu la primera vez que nos besamos, estabamos en Blackout, recuerdas?.

Estabamos en un sillón platicando algunas tonterias que ni recuerdo, entonces me pediste mi cámara y dijiste tomarías una foto mientras nos besabamos y lo hiciste. Y esta otra, cuando estabamos tirados en el pasto cerca del ángel, nos divertirmos mucho. Terminé abrazándote por que morías de frío y ahi nos quedamos hasta que amaneció.

El tiempo paso y las noches dejaron de brillar, la nave quedó en el olvido y no habían dos tripulantes... empecé a morir lentamente.

Un dia reapareciste y todo volvió a la normalidad. Entonces vibraste en mi, volvimos a salir como antes, solías quedarte en casa a pasar la noche y dormir cerca de mi, era realmente increible poder conversar contigo antes de dormir, despertar en algun momento de la noche y voltear a ver tu rostro...


Magnifico era abrazarte mientras dormias, era el mejor regalo. Tan inocente parecías. Era fantástico amanecer contigo, respetando el espacio y limitando las sensaciones.

Una de esas últimas noches, fuimos a bailar y a tomar un poco. Parecía ser una noche tranquila y en definitiva buena. Todo estaba bastante bien, bailamos juntos, miramos a los demás y entonces nos sentamos en la parte alta del lugar, donde podiamos ver todo. Te dije que iría al baño y que no tardaba y dijiste que esperarías. Y volví directo a la barra por una cerveza para mi, y mis latidos se detuvieron por un momento. Estabas besándote con alguien más delante de mi, la música dejo de sonar en mis oidos. Tu solo sonreías... Querías que hablaramos de una relación de amigos que no existia. Mil argumentos y terminamos besándonos.

Ya nada era igual y decidí que volvería a casa. Salimos del lugar y yo no quería hablar más, estaba demasiado enojado, fue la primera vez que me hiciste enojar, me pediste disculpas, pero nada era igual. Corriste de prisa y volviste con un par de rosas. Una roja y una blanca que me regalaste pidiéndome perdon por lo que habia pasado y me pediste un beso. Solo te lo dí...

Hoy es domingo... sé que esta noche estaré con el.

Había despertado tarde por que quería descansar todo lo que fuera necesario para poder estar pleno en el momento de su muerte. Desayune en casa con mi familia, sonriendo siempre, platicamos de mil cosas.

La tarde empezó a caer y me metí a bañar, el agua resbalando en mi piel se sentía exquisita. Solo escuchaba "long long time ago" del soundtrack de El Laberinto del Fauno... Nadie entendía por que, apagué la luz y encendí solo una vela para iluminarme mientras me bañaba. El agua en mi piel, espuma en mi cuerpo, mis manos, cerré los ojos... mis labios. Suspiré.



Me aleje del agua y empecé a secar mi piel. Volví a la habitación para vestirme lento, ropa interior, unos jeans y el sweater con el que decías lucía sexoso. Sequé mi cabello y me peiné como acostumbro, un poco de loción en mi piel, un poco más en mi cuello. En el espejo, solo mi reflejo y en mi mente, solo tu imagen...

19/7/09

Bajo la lluvia ... Asesino

Cap. 3 Bajo la lluvia

Una voz en mi gritó “mátalo!”

Y sin pensarlo un segundo lo empuje al vacío al tiempo que nuestros labios se despegaron y sus manos luchaban en el aire buscando de donde sujetarse para no caer. Eran demasiados escalones y su rostro solo reflejaba una mirada desesperada y llena de miedo.

Miré incrédulo por lo que había hecho.


Esa tarde nos encontramos en la iglesia de Santo Domingo, caminábamos mientras conversábamos de tus planes, en el centro de la ciudad, sonreíamos cuando nuestras miradas se cruzaban delante de quienes no sabían siquiera lo que pasaba cuando nadie nos veía, cuando compartíamos algo más que una simple amistad. Era lo que yo en un momento sentí una relación de verdad; sin mentiras, con respeto.



Esa misma tarde había descubierto un secreto que nunca me iba a confesar pero que lastimaba y cortaba el respeto en lo que yo consideré una relación, mientras que el solo pasaba un buen momento, una amistad en la luz, sexo en la oscuridad.

No, no era eso lo que yo quería, pero terminé aceptándolo.


Esa noche pensábamos pasar un buen rato en una reunión con sus amigos, sin los míos, accedí sin pensar que al termina esa noche, se iría con alguien más y tendría sexo en la casa de otro de sus amigos. Fue ese secreto lo que provocó a mi mente volviera el placer de llenarme de asesinar… el tercero. Deseo fatal.

Poco antes de las once nos reunimos para hablar de lo que me había ocultado y que leí por curiosidad, bien dicen que el que busca encuentra, y yo encontré lo que necesitaba para despertar a la realidad. Solo dijo que era por venganza y que no lo veía como amigo ni como algo más, lamentó la forma en la que conocí sus intenciones. Se disculpó conmigo argumentando que no me merecía esto y que debíamos manejar la relación como algo ligero, sin un compromiso… y yo, solamente pedí respeto.


Después de eso empecé a beber sin límite alguno hasta perderme en la intensidad del vodka con red bull. Una vez más suplicaba por cocaína.

Su cuerpo se estrelló con los escalones. Su expresión de dolor no fue suficiente para mí, su rostro marcaba la intensidad del golpe en su espalda haciéndole gritar hasta sentir que solo era su voz la que se escuchaba en el viento.

La lluvia empezó a caer y al tiempo era más y más fuerte, las gotas se escuchaban cuando caían en el cemento, al poco tiempo, ya se escuchaba como caían en la corriente de agua que se formaba a medida resbalaba sobre las escaleras.

Y rodó por las escaleras, eran más de 50. No dejaba de disfrutar el momento. Grito desesperado, ya el dolor por los golpes que se estaba ocasionando eran mas lamentables.

En la reunión nos mirabamos discretamente sonriendo, hubo un momento en que nos acercamos a la ventana… hablábamos de lo que haríamos en la semana, y se acercó a mi con una sonrisa maliciosa me dijo que nadie provocaba en su cuerpo la reacción de mi piel acariciándole, un vodka más y bese sus labios, nadie nos miraba.



Vámonos, fue lo último que dijo. Y nos salimos.

“Ven, quiero estar un momento a solas contigo” y nos encaminamos a las escaleras que conducían al mirador del cerro, caminamos unas 4 o 5 calles mientras platicábamos de lo que recién había pasado. Confesiones falsas.

Empezó a llover y era bastante agradable sentir como caían las gotas de lluvia en mi piel descubierta, nos besamos una vez más, fue una sensación realmente deliciosa, un beso bajo la lluvia.

Seguimos caminando hasta que llegamos al callejón donde estaba la escalera… la lluvia era más fuerte y nos escondimos debajo de un árbol a seguir conversando y nos reíamos de tantas cosas que olvidaba por un instante lo que había pasado en la tarde, pero por momentos carcomía en mí el simple deseo de lastimar.

Subimos hasta la mitad de las escaleras y nos fundimos en un beso lleno de caricias hasta el punto de provocar la sensación del deseo. Fue una vez más algo increíble. Sus manos en mi cuerpo y sus labios en mi cuello. Su cuerpo lucía tan exquisito como la primera vez que le ví cerca de mí.


Un beso tan intenso que perdí la noción del tiempo y sentí como la lluvia entraba en mi piel mientras besaba su cuello disfrutando de su olor natural que tanto me enloquecía.

Era volar en un mundo de ilusiones. Sin nadie alrededor, sin voces murmurando rumores, sin miradas de escrutinio sobre nosotros, sin oídos esperando escuchar nuestro secreto… solo era un mundo alejado de la realidad.

Ese beso fue tan intenso, erótico y delicioso que olvidé todo en un segundo y me deje llevar, entonces…


... una voz en mi gritó “mátalo!”

Verlo rodar en las escaleras fue una sensación que dibujo en mi la sonrisa más irónica que jamás antes había experimentado. Al final de todo, ganó el deseo de lastimar.

Baje con calma las escaleras hasta detenerme frente al cuerpo doliente por los golpes. La sangre brotaba de sus oídos mientras que sus labios dejaban escapar una línea de sangre que se esparcía con las gotas de lluvia.

No alcanzaba pronunciar alguna palabra pues el dolor le estaba quitando vida. La caída fue suficiente para quebrar algunos de sus huesos, pero no suficiente para quitarle la vida.

Caminé un poco buscando algo que me pudiera servir para lastimarle más y encontré un pedazo de fierro con un poco de punta y muy oxidado. Volví ...


Me senté en cuclillas sobre su cuerpo y sin meditar otra forma de acabar con su vida, corte con un vidrio la comisura de sus labios hasta abrir lo suficiente para que desangrara más, arranque la playera que tenía puesta para poder enterrar el vidrio en su piel.

Después enterré el fierro en su pecho, en el abdomen una y otra vez, su cuerpo estaba totalmente bañado en sangre, la lluvia lavaba su cuerpo que no cesaba de sangrar. El piso lleno de agua entintada con su sangre, sus manos inertes… un cuerpo sin vida.

Me recosté a su lado a mirar entre las nubes cargadas de agua, por segundos aparecían y desaparecían las estrellas mientras las nubes avanzaban, solo podía escuchar las gotas de lluvia rebotando en el piso.

Le abracé y acaricie su rostro casi destrozado. El frío empezaba a sentirse en mi cuerpo mojado y entonces me levante y empecé a caminar hasta perderme…




La ilusión se confundió en la realidad y entendí el poder del placer.. Hoy no estás más y tu aliento sigue en el aire, tu último grito lo escucho en mi memoria y el último suspiro antes de expirar aun lo siento cerca.