22/3/12

Oscura seducción.

No sé a donde he llegado…

Camino con los ojos cerrados guiándome con el tacto de mis manos mientras acaricio las paredes rasposas de la entrada, la música suena tan "oscura" que empiezo a percibir sensaciones adictivas que desatan lentamente la adrenalina de mi cuerpo provocando que el latido de mi corazón sea cada vez más intenso.

Respiro tentación, siento adicción. No es un sueño, es simplemente el reflejo de mi otra vida en medio de la oscuridad.

Camino un poco más, ahora con los ojos abiertos y delante de mí empiezan las escaleras que conducen al salón principal. Dejo mis zapatos a un lado... la alfombra apenas alcanza a distinguirse con el hielo seco que dejan escapar de los rincones del lugar, camino lento y me detengo en la estancia principal, mi mirada se pierde en el rincón más lejano y sonrió mientras alguien me alcanza un cigarrillo encendido.

Recorro con la mirada cada espacio lleno de cuerpos sensuales que apenas distingo cuando se encienden luces tenues que me permiten descubrir como las paredes blancas dibujan siluetas de cuerpos desnudos y semidesnudos destilando erotismo. se encuentran con otros, mientras algunos más erotizan el ambiente con sus movimientos casi sexuales. Empiezo por el lado izquierdo de donde permanezco parado y observo a tantos que bien vale la pena desvestirlos con la mirada. Sonrió provocando orgasmos en mis labios. Algunos caminan entre cuerpos que permanecen detenidos con el torso desnudo, otros más observan desde alguna cama o sillón colocados estratégicamente en los espacios más oscuros del lugar…


Otros más se acercan a donde me encuentro y empiezan a moverse dejándose llevar por el "beat" que provoca la música. Todos se han percatado de mi presencia y no dejan de observarme mientras hacen lo suyo, mientras se acarician unos con otros. Esto empieza a sentirse tan sucio que provoca los más salvajes de mis pensamientos.

Alguien se detiene detrás de mí y empieza a besar mi cuello mientras con sus manos acaricia mi rostro dejando que alguno de sus dedos alcance mis labios. Cierro los ojos y muevo mi cuello de un lado a otro para liberar mi piel. Siento como empieza a excitarse y me despego para caminar. Percibo el olor de cuerpos extasiados en la lujuria de sus pensamientos, provocando actos de intensa sensualidad.

Alguien me detiene de la mano detrás de un muro donde escucho respiraciones intensas cuando la música lo permite. Me abraza a su torso desnudo, puedo oler el exquisito placer que destila el sudor en su piel. Mis manos acarician su espalda mientras muerdo su cuello, un suspiro y un gemido de sus labios provoca que mi cerebro desate un sinfín de impulsos que erotizan cada centímetro de mi piel… sus labios buscan los míos y termino fundiéndome en sus labios con un beso que provoca aun más excitación.

Empiezo a bailar lento mientras su cuerpo permanece recargado en la pared, sus labios se sienten cada vez más gruesos... Su mirada se pierde en la mía, no termina de seducirme y me alejo del calor de su piel.

En la parte del fondo puedo ver dos cuerpos casi desnudos encontrándose piel con piel; del otro lado uno se deja seducir mientras los labios del otro recorren cada centímetro de su piel. Unos metros más a la derecha y recostado sobre una cama alguien despide su amante.

Me detengo en la barra y señalo con la mano derecha al bartender para que me sirva un whiskey, mismo que bebo a sorbos mientras encamino mis pasos para seguir recorriendo el espacio, alguien me persigue ahora; alcanza a tomarme de la mano y me dejo conducir a un rincón aun más oscuro. Intenta acercar sus labios a los míos y volteo mi rostro para impedir un beso, toma mis manos y las desliza por su cuerpo, su torso, su abdomen… puedo sentir con mis manos el nivel de su excitación.





Sucio.

Me separo de su cuerpo… apenas puedo observar el pasillo; puedo sentir el calor de los cuerpos, alcanzo a escuchar algún suspiro lleno de perversión y algún otro que descarga las emociones que provoca un orgasmo por demás intenso.

En uno de los sillones colocados camino a la salida puedo ver como alguien me observa, camino lento y me acerco un poco más. Es el, quien conocía de vista porque hemos coincidido ya en varias ocasiones en el mismo café del centro de la ciudad, observo el piso mientras me acerco más y más. Al llegar a su espacio levanto la mirada y le observo mientras me sonríe, camino junto a él y me detiene con ambas manos. Se levanta y se acerca a mi oído.

- Te he seguido hasta aquí…

Sonreí tímido.

Sin decir nada, empezó a besar mis labios y mi cuello mientras su respiración delataba demasiada excitación en su cuerpo. Respondí a cada uno de sus besos acariciando su cuerpo, era alto, de piel clara y labios rojos, no era del todo agradable, pero era suficientemente delgado y alto para despertar mi atracción sexual…

Cuantas veces no nos descubrimos mirándonos y solo sonreíamos con discreción.

- Este lugar es demasiado sexual – Susurró mientras mordía mis hombros.

- Lo sé – Respondí con la voz entrecortada por la misma excitación.

Y dejé que me besará. Era como lo imaginaba, mis manos resbalaban sobre su piel debajo de su ropa. Mordía mis labios y el deseo ardía en mi cuerpo.

- Me excitas demasiado, tu forma de mirarme siempre despertó las más bajas pasiones en mi cuerpo; eres objeto del placer que no encuentro en nadie más. Puede ser la primer vez y la última o puedes provocar adicción en mi… querré tenerte diario.

Sonreí

Me levanté y sin soltar su mano, caminé a un lugar menos visto, un espacio más oscuro y donde pudiera disfrutar del momento sin tantas miradas sobre mi…

- Aquí podrás hacer conmigo lo que desees.

Mordí sus labios mientras mis manos terminaban por dejarle en ropa interior, su respiración volvía a perder el control mientras me abrazaba fuerte a su cuerpo para obligarme a sentir que tan excitado estaba. Era más que placer y terminó desvistiéndome.

Nos recostamos en una cama y una vez encima de mí detuvo mis manos sobre la cama empezó a moverse mientras besaba mi cuerpo. Podía sentir el latido desatado de su corazón. Nuestros labios se pintaban de un rojo intenso propio de la intensidad de nuestra excitación. Respirabamos anunciando que ardíamos en el fuego del erotismo sensual, a veces rudo y otras veces con lentitud sensual… letal.

El movimiento de nuestro cuerpo delataba el deseo que había permanecido escondido tantas veces. Cerré los ojos dejándome seducir por sus movimientos, por su respiración en mi piel, por su cuerpo en el mío.

Era la furia sexual la que me desbarataba, eran mil emociones sensuales en mi mente, eran sus ojos llenos de deseo y fuerza lo que desató una revolución dentro de mi que alteró aun más sus terminales sensoriales provocando un grito ensordecedor silenciando la música.






Cayó a un lado mío y su mirada se perdió en la oscuridad del techo del lugar, lucía extasiado y exhausto. Me vestí discretamente y encaminé mis pasos mientras los demás me observaban.

- Te espero en la salida…

La música retumbaba en el lugar y a medida que me alejaba, dejaba de escucharla. Caminé al estacionamiento ubicado en el sótano del lugar, encendí el auto y empecé a circular para encontrar la salida principal, poco antes de alcanzar a ver la luz en el exterior vi como apareció frente a mi. Aceleré sin pensarlo y solo sentí como su cuerpo golpeó con el frente del auto levantándolo en el aire para estrellarse en el toldo y resbalar sobre la cajuela hasta caer al cemento… muerto.



La libertad de tus pensamientos permite lo más sucio de tu imaginación... letal.


The Legendary King Ray.