Abue...

Hay muchas cosas que no he podido decirte por que quizá es fuerte la impresión de saberte sin reconocerme cuando me acerco a ti. Aunque es increíble la manera en que aun después de unos minutos de insistir me llamas por mi nombre y recuerdas donde estoy, me preguntas por mi trabajo.

Es a veces muy difícil para mí verte así, cuando antes estaba acostumbrado a sentarme junto a ti a que me contaras tus historias y tus experiencias en donde trabajabas, como llegaste a donde vivimos, como hiciste tu fama...

Aun recuerdo cuando llegaba a la tienda y me robaba tus galletas juegue, o las paletas, me costaba mucho trabajo subirme para alcanzarlas pero al final lo lograba y nunca me regañabas, aunque quizás te molestaba por que todos los nietos solíamos hacerlo.

Tu caminar siempre firme, tu sonrisa, tus lentes y siempre caminando en la ciudad yendo a comprar mil y un cosas que te servían... también recuerdo cuando llegaba por las tardes a casa de ustedes y te encontraba jugando al domino con tus amigos, uno a uno se ha ido y tu sigues con nosotros. Eres una bendición.

No tengo ni un solo recuerdo malo... y es que es casi imposible que alguien tenga recuerdos malos de sus abuelos. No conocí a otro más que a ti y a mi abuela. Siempre consintiéndome, siempre regalándome cosas, dinero, recuerdos y muchísimas emociones que tengo presentes todos los días de mi vida.

Tienes idea cuanto te amo? creo que si.

Hace un momento hable con papa, lo encontré un poco triste, su voz no era la misma y sentí que tenia ganas de llorar, me decía que te habías puesto un poco mal, que te habías caído y te lastimaste la nariz, tuvieron que llevarte al doctor para que te curara y al siguiente día te estabas ahogando cuando comías. Ya no puedes respirar igual.

Se perfectamente cuanto has deseado irte con mi abuela... no puedo decir lo contrario, se que te sentirás mas cómodo y feliz. Te iras cuando sea el momento. No ahora.

Siempre te has mostrado fuerte.... haz lo que tu consideres conveniente.

Este día desearía estar cerca de ti para untar crema en tus piernas, para conversar contigo aunque te pierdas en el sueno, es el turno de tus nietos, aunque algunos de ellos ya están con la abuela en el otro espacio, la abuela y ellos desde allá te cuidan, no lo dudes... creo que mis hermanos gemelos que no nacieron también cuidan por ti.


Yo solo le pido a Dios que te de tranquilidad.

Estoy orgulloso de ti... se que te veré de nuevo al regresar a México.

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Mil imágenes pasan por mi mente, cada una de cada espacio de tiempo que compartí contigo....

Las tardes viendo como jugabas al domino con tus amigos, cuando ibas a comprar las cosas y pasabas a casa a visitarnos, recuerdo perfectamente tu caminar siempre recto y honorable, como el hombre que fuiste hasta el ultimo de tus días.

Tus relatos y tus historias de como llegaste a la ciudad, tu infancia en la revolución... tus anécdotas como un buen trabajador, las historias que solías contarme de tu vida.

Era fantástico mirarte caminar con los dulces en la mano, que sabia pronto podría comerme si llegaba a tiempo a tu casa.... era emocionante treparme a los árboles y que me dejaras cortar de sus frutas, cuando a otros de tus nietos no se lo permitías...

Ahora no se como llegar a casa y tener la sensación de que estarás ah sentado, esperando por los dulces que tanto te gustaba te comprara....

Siempre fuerte y siempre leal....

Se que ya estas con mi abuela.... por fin juntos como tanto lo deseaste antes de morir, que pedías que ella viniera por ti, entiendo tu dolor, y ahora siento poco mas de tranquilidad al saber que no estarás sufriendo por el cansancio físico, pues demostraste que con tu siglo en la piel tu salud era inquebrantable pero no pudo escapar a algo que era inevitable y necesario para tu tranquilidad.

Te amo abuelo, y en mi tengo solo recuerdos maravillosos de la infancia que me regalaste.

UNICO, TIERNO Y SIEMPRE FUERTE.


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Mil sentimientos alcanzan mi cuerpo, y uno de ellos es que aun no he desahogado el sentimiento que llevo dentro por la partida de mi abuelo, sé que el ya merecía descansar, pero el sentimiento de no encontrarlo en su silla descansando cuando llegue a su casa aun no lo puedo sacar...

Me costo mucho ir a su casa... llegue y en mi pensamiento, esperaba encontrarle sentado en su silla durmiendo, solo entré y mi mirada se perdió en la silla.... entre a la sala y solo encontré una cruz de tulipanes en el piso donde colocaron su cuerpo antes de llevarlo a su ataúd. Vi un altar, su foto y unas velas, no pude llorar. Fue hasta el día de la misa, 40 días después de que partió, en que fui al cementarlo con flores. La conversación fue tan privada que solo el y yo la sabemos.... Me fui a la iglesia donde toda la familia estaba reunida...

Fue hasta el siguiente día, antes de llevarle de nuevo flores al panteón, pude llorar por que entonces entendí que realmente el ya no estaba físicamente en casa, llegamos al panteón, y al despedirme deje que mis ojos expresaran el sentimiento que llevaba dentro y entonces, entendí que solo su cuerpo estaba ahí, el estaba en mi.

“Abue me duele mucho no poder darte un beso de nuevo… te extraño”