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21/7/10

The War Is Over

The war is over.

No sé si es la agonía amarga de un amor extinto o el mero placer de terminar con tu insoportable existencia. El veneno empieza a mezclarse con mi sangre y en mi respiración se filtra un instante de placer provocando en mi interior una revolución intensa y pura: el deseo de matar.

Camino con la mirada ardiente, la ira está en mi y brota por mis poros, es gas letal lo que transpira mi cuerpo y poco a poco el ambiente se vuelve tan oscuro y peligroso como yo.

Mientras descubro la entrada al infierno encuentro las últimas fotografías de tu vida. Cuando idolatraba su imagen y bebía de sus labios. Ese rostro que poco a poco perdió credibilidad, cayó su última máscara, se convertiste en lo que nunca esperaba… un demonio.

Y entonces cuando reveló su verdadera identidad, despertó aquel demonio que un día domó en mi.
...
Hoy no hay rastro de mi lado humano, hoy estoy aquí, con el infierno ardiendo dentro. Mi cielo… tu pesadilla. Sé donde estas, se que estás haciendo y voy a sorprender tu tranquilidad.

Camino ya en el infierno, vestido para matar y con los pies desnudos, puedo sentir como arde la tierra, como se estremece el viento cuando acaricia mi piel. La firmeza de mis pasos y mi respiración acelerada alimentan mi único pensamiento bestial.

Millas de infierno se han quedado atrás.

Luce tan natural al voltearme a ver. Sus labios no pueden fingir más y su mirada refleja el orgullo que le mantiene de pie. Palabras que no hieren más.


- A que has venido? – Me cuestionó sin saludarme.
- He venido por ti.
- No, sabes que no iré contigo. – Respondió dándome la espalda.
- No te estoy preguntando …


Y lo tomé del brazo, aun con la negativa que mostraba intentando desprenderse de mi, no lo consiguió y casi arrastrándolo lo llevé a los pies del ángel que se alzaba en medio del infierno.

- Que triste es despertar a la realidad y entender que una persona a quien idealizas es una pesadilla y no un sueño.
- Siempre es así – Afirmó irónicamente.
- Muy dentro de mí, entendía miles de respuestas que mi emoción no me permitía asimilarlas. Eras tan falso…
-
Siempre lo he sido cuando quiero algo.

Escupí sus pies

- Me das tanto asco.
- Y tu me das tanta pena.
Dijo sonriendo.

Su mirada empezaba a encenderse, sabía que no sería fácil. Y cuando sentí la sangre hirviendo en mi, soltó un golpe con uno de sus puños dejándome tirado en el piso.

Apenas me levanté y me recibió con un par de golpes más haciéndome volar hasta el otro lado del ángel, quien desde lo alto observaba el horizonte.

Volvió cerca de mi…

- Eres débil y soy más fuerte que tu. Vete antes que te mate a golpes.
- No…


Cerré los ojos cuando percibí la furia de su cuerpo, me pateo tan fuerte que rompió mis labios haciéndome sangrar por la boca, un golpe tan intenso que me levantó de nuevo en el aire y me hizo estrellar sobre una estatua de piedra.

- Eres fuerte, siempre lo supe. El verdadero reto para mi es levantarme. Maldito seas!! No tengo nada que pensar, no tengo un solo sentimiento de perdón y mi única forma de olvidarte es matándote con mis propias manos.
- Vamos… inténtalo si puedes. – Respondió con un gesto retador y ácido.

Mi cuerpo volvió a llenarse de ira a medida se extinguían los últimos segundos de amor. Mis ojos parecían sangrar de tan rojos que estaban, no eran lagrimas, era odio.

Y me levanté, mi cabello cubría parte de mi rostro. Caminé lento hasta detenerme frente a él. Pude percibir el olor de su piel mezclada con el insoportable aroma de su ironía.

Lo miré a los ojos y el eco del silencio repitió el más salvaje de mis gritos, el último…

Sentí como mi instinto, dejo atrás mi razón para convertirme en un animal lleno de rabia. Mis manos alcanzaron su cuello para empezar a asfixiarle.

- No, no… tiene que doler.

Mis ojos ardían y mis pupilas se dilataban en el elegante negro mortal. No era mi imaginación, era yo en realidad.

Con la misma fuerza que provocaba el deseo de matar, aventé su cuerpo hasta hacerlo estrellar con los pies del ángel, fue exquisito escuchar como su cuerpo se enterraba en una espada de piedra.

Como pudo se levantó y corrió sobre mi volviéndose vulnerable, fue entonces cuando enterré mi puño desnudo en su estómago para hacerlo volar en el viento y caer de nuevo a mis pies.

- Esta mañana desperté con la sola intención de tenerte así, desbaratándote de dolor antes de morir.
- Te odio.
-
Yo… yo también y voy a matarte. Un sacrificio celestial en este infierno de placer.

Y me dejé caer en su cuerpo, entonces me enterró sus manos en el abdomen, era más mi deseo que el dolor que me había provocado semejante golpe.

Mis manos fueron directo a su cuello. Lo apreté sin miedo a nada, era una delicia ver como sus ojos mostraban desesperación, su voz quedo reducida a simples gemidos de dolor y, entonces, escupí su rostro.

La ira y el deseo de matar brilló en mi mirada y descargué toda la fuerza de mi cuerpo en mis manos. Terminé con su vida, tal cual lo deseaba. No dejé rastro de sangre en su cuerpo, solo golpes. Apague la luz de su mirada, dejándole en penunbra. No había destellos en su cuerpo… el último suspiro. Arrastré su cuerpo tan lejos para sepultarlo profundo en la puerta del olvido.

Volví a los pies de El Ángel y me senté en mi trono.


Recordé que era humano y entonces me levanté en un remolino encendiendo así las estrellas de la noche, provocando el más dulce reflejo de la luna en la tierra.

El paraíso después de ti, si existe. Hoy estás muerto… y no llevaré flores a tu sepultura.



The war is over ... is over now.
Y el sol no murió.

The Legendary King Ray.


24/10/09

Heartless

Esta noche todo esta impecable a mi alrededor, no hay rastro alguno del desorden, todo esta estrictamente igual como el último día en que estuvimos juntos.

Vuelvo la mirada al exterior y observo a unas cuantas personas que caminan a casa después de estar sentados conversando en aquel parque, niños jugando con sus mascotas antes de último suspiro del sol en este día, algunas parejas despidiéndose y deseándose una buena noche. Todo parece tan normal para ellos… tan nostálgico para mi.

Y es que de un tiempo a hoy, me he sentido tan solo, tan vacío… tan austero.

Camino un poco para recostarme en mis recuerdos. En este anochecer he decidido extrañarte, extrañarte como nunca antes lo había hecho, hasta dibujar tu silueta marcando tu forma de caminar al acercarte a mí dejando atrás los últimos rayos de sol, tu sonrisa inocente y tu mirada tan cautivadora dejando tu nobleza al descubierto.

Quiero decirte que no he abrazado a nadie con la misma intensidad , y tampoco me han abrazado como tu, no he respondido el teléfono con la misma emoción imaginando que eres tu… no he abierto un solo mensaje con la misma sorpresa, como cuando recibía tus mensajes. No me he divertido en una conversación como lo hacía contigo, por muy noche que nos quedáramos en el teléfono.

Han pasado demasiados amaneceres sin poder ver tu cara de ángel mientras consigues despertarte, tu cuerpo largo que apenas cabe en la cama, tus brazos cerca de tus labios. Después de ti… nadie y tampoco he permitido que nadie alcance más allá de lo permitido en mi mundo, tu vives en el, el único.

Hoy mi mundo luce desolado, no existe el desorden de saber que ropa me pondré para sentirme más cómodo contigo, no dejo ya mi loción destapada ni la crema para peinarme fuera de su lugar, no hay rastro de ilusión…

Esta noche quiero subir a la cima de la montaña … llevaré tu recuerdo en este último paseo juntos.

Y es en la oscuridad de la noche recuerdo cada momento junto a ti, la primera vez que hablamos por teléfono, la primera cita, la primera vez que la lluvia cayó sobre nosotros juntos, nuestro primer beso, la primera noche juntos, la primera vez que hicimos el amor, la primera vez que discutimos, los nervios cuando me presentaste a tu hermana, las veces que dormiste conmigo, mi pastel de cumpleaños, la vez que caminamos para llegar a coyoacán, el helado que ahí me compraste… tantas cosas bonitas. Tantos momentos que hoy para mi significan que viví el amor contigo, quizá un instante, pero siempre lleno de vida.

He llegado a la cima y … te sigo extrañando.

Te extraño como cada noche cuando tenías que volver a casa, te extraño como cada momento en que colgaba el teléfono para esperar a que llegará el momento de verte, te extraño como la última navidad que pase sin ti, te extraño como la primera noche que pasamos juntos y que espere dos días para poder verte de nuevo… y te extraño más que ayer.

Guardaré este recuerdo, por que te amo y te amo aun como la última vez que te dije lo dije. Lo guardaré en una caja de cristal …

Voy a lanzarla a las estrellas, tan alto y tan lejos que no alcance mi presente…

Y así ví como esos recuerdos, envueltos en una caja de cristal, se alzaban en la distancia lejos de la cima de la montaña en la que me encontraba, dio tantas vueltas en el aire que en el horizonte solo veía fotografías, una a una se dibujaban frente a mi… las contemple por última vez y las lágrimas empezaron a resbalar en mi rostro, en un instante lloraba con tanta melancolía que las estrellas desaparecieron y la luna dejo de brillar.

Fue entonces cuando la caja de cristal estalló al tiempo que desaparecía la última imagen de un beso que nos dimos, miles de trozos de cristal brillaron en la oscuridad, hasta desvanecerse en el infinito.

Caí sobre mis rodillas y con mis manos cubrí mi rostro, no pude controlar mis lágrimas, casí me ahogaba en ellas, suspiros al viento, miradas en el infinito, un sentimiento, una emoción… mi corazón.
Adios a la memoria...
...
El amor que nos tenemos ha podido con todo, hemos desafiado el tiempo, hemos gritado, hemos mutilado sonrisas con enojo y seguimos juntos. Hemos caminado largos trayectos y nuestras miradas cuidan uno del otro en la distancia... gracias por todo este tiempo juntos, gracias por quererme, gracias por tenerme cerca, gracias por compartir tu tiempo y espacio conmigo, gracias por tu sonrisa, gracias por compartir conmigo a tu pequeñita... aun nos falta mucho.